Hay bastante que preparar cada día de navegación.
Es casi casi como montar las alforjas
en la bicicleta. Todos los pesos deben ir bien distribuidos, pero además ha de estar completamente
protegido del agua, por si hay algún vuelco.
Cuando aprenderemos de las aves, siempre van ligeras.
Minimizamos,
no obstante en travesías de varios días de viaje, se necesita algún que otro utensilio
y ropa seca...
Alimento.
Agua.
Cuaderno y
bolígrafos, sin eso, al igual que sin libros, ¿dónde iría yo?
Se fue
sucediendo la actividad en kayak del mismo modo que las nubes fluían en el
cielo, naturalmente.
Nos
habían advertido que en Foxo había una comunidad de personas naturalistas. Ese lugar es paraíso. El
parque de juegos de los más pequeños es tierra con la que embarrarse las manos
y la cara, agua límpida, árboles a los que abrazar, cantos de aves y egagrópilas
que investigar. Gente
concienciada , protectora de la madre tierra.
Tras una abundante
y necesaria comida, nos subimos de nuevo al kayak para seguir disfrutando del
buen clima , el remo y cada milla.
Al bordear
las colinas, aparecía ante nuestras inquietas almas viajeras, otros impactantes
regalos. Pinares extensísimos, muy verdes, esbeltos y sanos, combinados con
violeta del Brezo.
Águilas,
garzas...
Los sonidos
en la noche...
magníficos.
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