La semana pasada sorprendió una nevada que cubrió las sierras más altas y las montañas más bonitas de Asturias. Me hizo pensar que el invierno ya se nos echaba encima, sin embargo este finde ha vuelto el sol a lucir entre algodonosas nubes grises y blancas. Ya cayeron todas las castañas, avellanas y nueces de los árboles. Los senderos están cubiertos de hojas que forman un manto mullido ocre café, amarillo y rojo junto con las ramas secas que el viento sacude fuertemente las noches despiertas.
Equilibra, sosiega,llena de paz.
Estoy leyendo y recomiendo: El mundo de Atapuerca
Autor : Juan Luis Arsuaga
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