CAMINAR SIN PARAR IIII

Sobre las 11:30 horas, la niebla de nuevo ocultaba El Urriellu.

Metí lo imprescindible en la mochilla: algo de comida, el mapa, unos guantes, el hyvent, la manta térmica, la cámara de photos, las gafas de sol, el piolet y el movil.

Ya estaba allí y no quería dejar pasar los días sin moverme por Picos. Les pregunté a los del refu por el sendero que salía en dirección a los jous y me dijeron que estaban bien marcados.

Iría dónde pudiese llegar; me apetecía mucho ver con mis propios ojos Cabaña Verónica, así que examiné el mapa y el plan inmediatamente se trazó en mi cabecita.

Me alejaba ya del refu en busca de mi aventura, así estaba. Vega Urriellu.

La garganta del Jou Sin Tierre fue la puerta a el sol y un lugar que descubrí donde cada vez que voy me siento libre en cada paso. Observé cada pico y buscaba en el mapa si era éste o aquél, escuchando el sonido de mis pisadas, unas piedras contra otras. Las nubes moviéndose de acá para allá, el aire que respiré me llenaba de algo más que de vida. A pesar de haber descansado poco, me encontraba bien.

Crucé Jou sin Tierre y llegó el Jou de los Boches, donde coincidí con otros montañeros. Para subir al collado de Horcados Rojos tiene un tramo donde hay cable ya que es bastante pedregoso y algo inclinado .Se pasa bien con cuidado en verano, pero por si alguien lo ve difícil ,la mejor opción es asegurarse al cable.

Caminando poco a poco llegué a Cabaña Verónica. Allí conocí a Albert un chico belga que me propuso subir juntos Horcados Rojos y después de comer algo y charlar un rato, nos fuimos para arriba. En la cumbre unas chicas vascas esperando a sus novios que subían escalando. Foto de rigor , mensaje en el buzón de cumbre y para abajo.

Me despedí de Albert, y de vuelta al refugio.

Llegué a la tienda y lo primero que hice fue cenar, luego charlar con gente que había en el "peñón de la cobertura", recuerdo también haber hablado con Kike el de Pola; al día siguiente el subiría la Rabadá Navarro.

Esa noche dormí a pierna suelta.