miércoles

METAMORFOSEA II

Tomamos un buen desayuno caliente, recogimos los bártulos y viandas, continuamos camino. Sin prisa, porque fuimos a disfrutar del paisaje.


La nieve, el frío, el sol, la niebla. 



El vuelo de los buitres. Las huellas de los sarrios.


El rumor de arroyos. El caudaloso río.


El hielo, bayas rojas, farallones…



A eso fuimos...a caminar y respirar el Pirineo. Esta vez sin marcarnos retos que nos supusieran concentración y esfuerzo. 


En las Gradas de Soaso pasamos nuestra segunda noche, en el abrigo de piedra. 


A orilla del río Arazas.


A los pies de Monte Perdido




Cada cual se cocinó su cena. Un carnívoro y una vegetariana nunca mezclan su batería de cocina.


Otra cosa es compartir los sueños.


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