Vemos solo parte de lo que proyectan, de lo que nuestros ojos asimilan.
La esencia es la savia que fluye por sus arbóreas venas.
Me acerco a ellos como semejante ser de vida. Mis manos siempre a sus ajadas o tiernas cortezas, para palpar el latido de la Tierra.
Me enredo y transformo en silencio
para oir
lo que sus pendulantes hojas cuentan,
con alegre movimiento al paso de Viento.
Mientras, Sol, como a cada instante, modela las formas que purifican nuestro habitat...
Intensos los olores de la madera húmeda al fulgor de todas esas energías renovadoras.
Alfombra de rojizas, ocres, marrones y amarillas hojas que tupen el barro de la senda, nutriéndolo en cada ciclo.
Ramas que chasquean a nuestro paso
y sombras que adivinan resplandor.
Pura pasión
Árboles
