Fue un día muy divertido. Sobre todo porque a medida que transcurrian las horas me dí cuenta que me habían engañado al invitarme haciéndome creer que sabían perfectamente el itinerario a seguir. Muy divertido porque se convirtió en una aventura para regresar de un Picu llamado ¿Cuetu Negru? En fin. Si no llega a ser por la insistencia de Alfredo el resto nos hubiesemos bajado al autovía que se divisaba a lo lejos. Dos rutas por una. Más o menos cuatro horas de caminata, con tormenta de semigranizo incluido que nos interrumpió con rayos y truenos el momento de la parada para comer.
Aquí os dejo enlace a su página web:
Por algo se llaman así.
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