

Cuando salimos de Cresciano pensar en hacer bulder esa tarde era algo utópico, llovía a mares camino de Chironico, pero el viajecito mereció la pena, pues es uno de los lugares más bonitos que hemos conocido éste verano. La lluvia nos dió una tregua y pudimos trepar gran parte de la tarde, algunos como Alann, Luis e Isaac lo hicieron hasta que de nuevo comenzó a orbayar, que por esos lares también orbaya siempre y cuando haya asturianos.
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