MENSAJES DE CUMBRE

Tengo por costumbre dejar siempre en los buzones de las cumbres una tarjeta o un papelito escrito con algo que se me ocurra en el momento...
En muchas ocasiones me las han enviado a mi casa de vuelta contándome: cómo estaba el día en que recogieron la tarjeta; soleado o nublado, por dónde hicieron esas personas la ascensión a la cima,el grupo de montaña al que pertenecen, etc.
La verdad es que se agradece mucho el detalle.
El retorno de unas letras escritas en lugares que me han dado: tanta libertad, tanta satisfacción y tanta belleza para contemplar, tanta paz y tantas reflexiones íntimas alejada del mundanal ruido, hacen que al releerlas mi recuerdo me lleve de nuevo a esa misma cima y toda la aventura que supuso llegar allí.

En los buzones de cumbre quedan las letras que envuelven momentos mágicos, letras quietas , esperando dentro de un botecito negro de carrete de fotos o un tarro de cristal o bolsa de plástico a que el siguiente las descifre para así compartir lo maravilloso de hacer los sueños realidad.
Hoy hago esta entrada después de haber leido unas letras que me llegaron desde Salamanca,de la siguiente persona que abrió el buzón de cumbre en el cual quedaron aquellas sensaciones que plasmé en una hoja durante la noche en Ubiña. Me las adjunta junto con una carta llena de mensajes que comparto, gracias Enrique.