sábado

FUERTES VIENTOS





Empezaré por el final.
Estoy en casa, desde hace un par de horas.
Me lo pasé genial, disfruté bastante, sobre todo de los fuertes vientos, de algo de orbayu, del paisaje y de encontrarme con más gente que como a mi le apasiona esto de salir a caminar por las montañas.
Fui al Macizo de Peña Ubiña con la intención de dormir allí arriba, en su cumbre. Es algo que tengo pendiente y seguiré intentando hasta que lo logre, pues esta vez no se dejó.
Protegida su cima por fuertes vientos y niebla espesa, Ubiña estaba intransitable.
Escribir es una de las cosas que hago cuando voy de monte sola, aunque también lo suelo hacer si voy con otras personas.
Pues bien, os pongo parte de lo que escribí la noche del viernes:
Salí de Tuiza de Arriba sobre las cinco de la tarde aproximadamente.
Caminando despacio me fui recreando con el paisaje, haciendo alguna fotografía, mirando las piedras del camino, el agua del deshielo que bajaba en abundancia...
A media subida, una vez pasada la portilla, empezó a orbayar un poco. A medida que ascendía la fina lluvia se volvió permanente y más intensa. Hice una parada para ponerme el Gore-tex y cubrir la mochila, ¡ah! y también los guantes ya que el viento empezó a soplar y bastante fuerte.
No me constaba si había refugio o no y mi olfato me hizo pensar que quizás sí lo había por el olor a leña quemada que percibía.
No me equivoqué mucho, hay un edificio donde estaba el antiguo Refugio de Meicin, y los restos de una hoguera.
Llegué cansada allí, así que ya no pensé ni en seguir subiendo a collado Terreros.
El futuro refugio tiene un acceso para casos de emergencia (supongo), así que ya que hacía tantísimo viento, decidí que lo mejor sería no montar la tienda y pasar la noche dentro.
Hace muchísimo viento y llueve bastante, el tejado produce unos estrepitosos ruidos con cada ráfaga que parece que el techo valla a salir disparado de un momento a otro.
Pues bien, he visto anochecer desde este seudoventanuco, después cené, miré el mapa de la zona y ahuequé el saco de plumitas.
Son las 21:35h.y acabo de hacerme una infusión de dos bolsitas de tila y una de menta poleo. Me pasa el tiempo volando, no se ven las estrellas pero sí resplandecen los neveros . Me caliento las manos con el cazo...
Reflejo mis pensamientos aquí, entre estas letras; el Cordal de la Mesa estaba espectacular hoy.
Que ganas tenía de venir por aquí.
Escucho atentamente el viento soplar lejano y de pronto aquí se forma el gran revuelo.
Otra vez el viento está azotando piedras en otras laderas y al momento irrumpe con fuerza.
Tengo sueño.


Sábado 3.3.07

La esperanza es lo último que se pierde, está peor que ayer cuando llegué, la niebla mucho más baja, lluvia fina persistente y el viento que no cesa.
Espero que de un momento a otro las nubes se disipen y al menos pueda ascender Cerreos, si es que Ubiña no se deja, pero de aquí no quisiera irme sin hacer algo.

Mi cuerpo y mi mente pide actividad, pero aquí no mando yo, la naturaleza dice cuándo, esto no es Himalaya ¡ya! pero la prudencia es mi máxima.

Hasta collado Terreros con la mochila a la espalda y me conformaba, con eso era suficiente.

Pero de pronto la niebla y las nubes ascendieron cuando llegué a Terreros, así que era una buena oportunidad para seguir hacía arriba, la fotografía está tomada en la subida a Cerreos, al fondo se ve Ubiña la Pequeña.Cima de Cerreos 2101m.

La bajada fue rápida, estaba tan contenta que cuando me dí cuenta estaba en Tuiza.

1 comentario:

Bercimuelles dijo...

Tengo una contradictoria relación de amor/odio con la niebla. En la ciudad la adoro, pero en el monte me ha sisado demasiadas veces.